El arroz amarillo es un plato tradicional muy popular en varios países de Latinoamérica, conocido por su sabor único y su color vibrante. Su origen se remonta a la combinación de influencias indígenas y españolas durante la época colonial, donde las especias y técnicas culinarias se fusionaron para crear recetas emblemáticas. En países como Colombia, Venezuela, y Ecuador, el arroz amarillo es un acompañante habitual en las comidas familiares y festividades, mientras que en Perú y Cuba se le denomina también como “arroz con cúrcuma” o “arroz con color”. Cada región le aporta ligeras variaciones, pero la base común es el uso de cúrcuma o achiote para lograr ese característico color dorado.
En otros países de Latinoamérica, el arroz amarillo puede encontrar nombres distintos, pero generalmente mantiene su esencia: un arroz sazonado con especias que aportan sabor y color, acompañado frecuentemente de pasas o frutos secos para un toque dulce. Esta receta es un ejemplo de cómo la cocina tradicional se adapta y conserva el legado cultural en cada hogar.