La cazuela de calabaza amarilla con queso es un plato muy popular en varias regiones de América Latina, especialmente en México, donde se ha convertido en una receta tradicional de la gastronomía casera. Su origen se remonta a la combinación de técnicas culinarias indígenas con ingredientes traídos por los colonizadores, logrando un plato reconfortante y lleno de sabor. En otros países latinoamericanos, esta receta puede variar ligeramente en nombre y preparación; por ejemplo, en Colombia se le conoce simplemente como “pastel de calabaza” y en algunas zonas de Centroamérica como “budín de calabaza”, aunque manteniendo la esencia de una cazuela horneada con queso y otros condimentos.
La calabaza amarilla es un ingrediente común en la cocina latinoamericana, apreciada por su sabor suave y textura cremosa al cocerse, lo que la hace ideal para platos gratinados o cazuelas. La combinación con queso y pan rallado crea una capa superior dorada y crujiente que contrasta con el interior suave, haciendo de esta cazuela un plato ideal tanto para el día a día como para ocasiones especiales.
Como preparar Cazuela de calabaza amarilla con queso
Engrasa ligeramente el molde para hornear con mantequilla.
Ralla todo el queso, luego reserva una pequeña cantidad para espolvorear encima de la cazuela.
Corta la calabaza en rodajas medianas y delgadas, la cebolla en rodajas muy delgadas.
Cocina la calabaza y la cebolla de la siguiente manera: coloca la calabaza y la cebolla cortadas en una olla con agua fría.
Lleva a ebullición, luego retira inmediatamente del fuego y escurre bien.
Combina la calabaza y la cebolla con la mayor parte del queso rallado, 1/2 barra de mantequilla, 1 taza de pan rallado sazonado.
Esto formará una mezcla espesa tipo "pasta".
Agrega 1 huevo batido.
Si la mezcla está demasiado líquida, añade un poco más de pan rallado.
Si está muy seca, añade un poco de leche.
Agrega a la mezcla una buena "pizca" de salsa Worcestershire, entre 1/2 y 1 cucharadita de azúcar, una pizca de salsa tabasco, una buena cantidad de ajo en polvo, luego sal y pimienta al gusto.
Mezcla bien.
Coloca la mezcla con una cuchara en el molde para hornear engrasado.
Espolvorea la parte superior ligeramente con pan rallado y la pequeña cantidad de queso rallado que reservaste.
Corta una pequeña cantidad de mantequilla en unas finas rebanadas y coloca "puntos" sobre la cazuela.
Hornea a 350 grados Fahrenheit por 35 minutos.
Deja enfriar un poco antes de servir para que la cazuela se "asiente".