Historia y Origen del Crujiente de Manzana
El crujiente de manzana es un postre popular que tiene sus raíces en la cocina tradicional anglosajona, especialmente en Inglaterra durante el siglo XIX. Su preparación sencilla y el uso de ingredientes accesibles lo convirtieron en un favorito en hogares rurales y familiares. A lo largo de los años, el crujiente de manzana ha evolucionado y se ha adaptado en diferentes países de Latinoamérica, recibiendo diversos nombres según la región.
En México, por ejemplo, se conoce comúnmente como "cobertura de manzana", mientras que en países como Argentina y Chile se le llama "apple crumble" o simplemente "crumble", adoptando el término inglés. En otros países de Centroamérica, puede ser referido como "tarta crujiente de manzana" o "postre de manzana con costra". Este postre destaca por su combinación de manzanas horneadas con una cobertura crocante, que puede variar en ingredientes y textura.
La versatilidad del crujiente de manzana permite que se le agreguen diferentes elementos para enriquecer su sabor, como especias, frutas secas o incluso quesos, lo que aporta personalidad y un toque regional a esta receta tradicional.
Como preparar Crujiente de manzana con queso II
Precalienta el horno a 325 grados.
Pela, descorazona y corta las manzanas en rodajas.
Coloca las manzanas en un molde para hornear de 8 x 8 engrasado.
Combina azúcar, azúcar moreno, ralladura de limón, canela y cilantro.
Espolvorea sobre las manzanas.
Mezcla bien con las manos.
Combina agua o sidra y jugo de limón.
Espolvorea la mezcla sobre las manzanas.
En un tazón mediano combina los ingredientes para la cobertura: harina, queso fuerte, sal y mantequilla.
Mezcla hasta que quede desmenuzable.
Pon la cobertura sobre las manzanas, presionando con las manos.
Hornea por 55-60 minutos hasta que la mezcla esté dorada y burbujeante en el centro.
Sirve caliente con crema, cobertura batida o helado.