El hígado de pollo frito es un platillo tradicional que ha formado parte de la gastronomía casera en varios países de Latinoamérica por generaciones. Su origen se remonta a la necesidad de aprovechar al máximo las partes del pollo, especialmente en tiempos donde la economía requería recetas sencillas, nutritivas y económicas. En México, se les conoce comúnmente como “hígados” y suelen prepararse con ingredientes básicos y técnicas rápidas. En países como Colombia, se les llama “hígados encebollados” o simplemente “hígados fritos”, y en Venezuela es frecuente encontrarlos como una opción popular para acompañar arroz o tortillas. Aunque el método varía ligeramente, el proceso de sazonar y freír el hígado es una constante que brinda un sabor único y una textura especial, muy apreciada en la cocina latinoamericana.
Como preparar Hígados de pollo fritos
Para preparar unos deliciosos hígados de pollo fritos, comienza lavando y escurriendo bien los hígados, esto ayudará a eliminar impurezas y dejará una textura más agradable.
Luego, mezcla en una bolsa la harina, pimienta y perejil seco para crear un sazonador que impregnará cada pieza.
Introduce de cuatro a cinco hígados a la bolsa y agita suavemente para que se cubran uniformemente con la mezcla.
En una sartén profunda, calienta el aceite vegetal junto con la margarina para obtener una base de cocción con buen sabor.
Añade las cebollas picadas y los hígados ya preparados a la sartén.
Fríelos a fuego medio-alto hasta que adquieran un tono dorado y una textura crujiente por fuera.
Inmediatamente, vierte el vino blanco para desglasar la sartén y darle un toque de sabor adicional.
Cocina a fuego lento durante uno o dos minutos para que el vino reduzca y se integren todos los sabores.
Este platillo es ideal para acompañar con arroz blanco, completando así una comida equilibrada y deliciosa.
La receta rinde para aproximadamente cuatro personas, perfecta para compartir en familia o con amigos.