El horneado de calabaza amarilla es un platillo tradicional que tiene raíces profundas en la gastronomía casera de varios países de Latinoamérica. Este plato, conocido por su sencillez y sabor reconfortante, ha pasado de generación en generación, generalmente como una forma práctica y deliciosa de aprovechar la calabaza fresca de temporada. En algunos países, como México y Colombia, este tipo de preparación recibe nombres distintos pero comparte características similares; en México es común encontrarlo bajo la variante de "calabacitas al horno", mientras que en países del Cono Sur se le llama simplemente "horneado de zapallito". La receta suele variar ligeramente en ingredientes y técnica según la región, pero la esencia se mantiene: una combinación suave de calabaza, huevo y un toque dulce que transforma este vegetal en un plato memorable.
Este platillo destaca por su versatilidad y facilidad de elaboración, ideal para acompañar comidas o servirse como plato principal en una comida ligera. La textura cremosa del calabacín cocido, junto con el crujiente de las migas de pan o galleta en la superficie, crea una experiencia culinaria equilibrada y agradable. Además, gracias a su preparación al horno, conserva un sabor natural y un aroma delicioso que invita a repetirse en la mesa familiar o en reuniones con amigos.