La tarta de manzana es un postre clásico que ha trascendido fronteras y generaciones. Su origen se remonta a Europa, donde las primeras recetas aparecieron siglos atrás, especialmente en países como Inglaterra y Francia. En Latinoamérica, aunque la receta básica se mantiene, cada región le imprime un toque particular. Por ejemplo, en México y Colombia se le conoce comúnmente como "pay de manzana", mientras que en Argentina y Chile simplemente se le llama "tarta de manzana". Este postre es reconocido por su combinación perfecta entre la masa crujiente y el relleno jugoso y aromático de manzanas. Es una elección popular para celebraciones y momentos familiares, evocando siempre aromas hogareños y tradicionales.
La versatilidad de la tarta de manzana también ha facilitado su adaptación a distintos estilos culinarios, integrando ingredientes locales o técnicas específicas de preparación. A pesar de estas variaciones, su esencia se mantiene: una base de masa delicada que contiene un relleno dulce y especiado de manzanas, frecuentemente acompañada con canela y azúcar que realzan su sabor. Es uno de esos postres que jamás pasa de moda y que se disfruta tanto en sobremesas cotidianas como en ocasiones especiales.
Como preparar La mejor tarta de manzana de Marion
Para hacer la masa, corta la mantequilla y la manteca en la harina con un mezclador de masa hasta que la mezcla parezca migas gruesas.
Esparce agua sobre la mezcla, mezclando con un tenedor hasta que la masa forme una bola.
Envuelve en plástico y refrigera por unos 30 minutos.
Divide en 2 bolas.
Extiende una porción para que se ajuste a un molde para tarta de 9 pulgadas, dejando 1 pulgada de masa en el borde.
Precalienta el horno a 425 grados F.
Quita el corazón, pela y corta las manzanas en rebanadas finas.
Mezcla con canela, azúcar y jugo de limón en un tazón.
Espolvorea pan rallado uniformemente sobre la base de la tarta.
Coloca las rebanadas de manzana encima, dejando el menor espacio posible entre ellas.
Apila las rebanadas en alto pero no formes un montículo en el centro.
Extiende la otra mitad de la masa para que se ajuste a la parte superior de la tarta.
Pincela el borde de la base con un glaseado de huevo hecho mezclando la yema batida con leche.
Coloca la capa superior de masa sobre la tarta.
Dobla la capa superior bajo la capa inferior alrededor del borde de la tarta.
Haz repulgaduras con los dedos para formar un reborde decorativo.
Pincha la tarta con un tenedor en al menos una docena de lugares para dejar salir el vapor.
Pincela con glaseado de huevo.
Hornea 15 minutos.
Reduce la temperatura del horno a 400 grados F y hornea 15 minutos, luego reduce a 325 grados F y hornea 20 minutos más, o hasta que la corteza esté dorada.
