La sopa de guisantes es una receta tradicional apreciada en muchas culturas alrededor del mundo. Su origen se remonta a tiempos antiguos, cuando las legumbres eran un alimento básico debido a su fácil almacenamiento y alto valor nutricional. En Latinoamérica, esta sopa puede recibir diferentes nombres dependiendo del país y la región. Por ejemplo, en México y Centroamérica, se le conoce simplemente como "sopa de chícharos" o "sopa de guisantes secos". En países como Colombia y Venezuela, también se consumen guisos y sopas con guisantes secos, incorporándolos en recetas autóctonas que reflejan la diversidad culinaria local. Esta sopa, además de ser reconfortante y nutritiva, suele prepararse en épocas frías o cuando se busca un plato sencillo y sabroso.
Su preparación generalmente implica remojar los guisantes secos para ablandarlos y luego cocinarlos lentamente junto con ingredientes aromáticos como cebolla y hierbas que aportan profundidad al sabor. La inclusión de tocino salado es una característica que añade un toque ahumado y una textura interesante a la sopa, balanceando la suavidad de los guisantes. Esta receta que lleva el nombre de Helen Gougeon es un ejemplo clásico de cómo la cocina casera puede combinar simples ingredientes para crear un platillo delicioso y nutritivo.
Como preparar La sopa de guisantes de Helen Gougeon
Ingredientes:
Guisantes Amarillos Secos, Mantequilla, Cebolla, Sal Gruesa, Tocino Salado, Agua, Sabio Seco, Sal y Pimienta Negra.
Lavar los guisantes, eliminando los que estén arrugados.
Remojar durante la noche en agua que los cubra.
Escurrir.
En una olla grande, derretir la mantequilla.
Sofreír la cebolla hasta que esté ligeramente blandita, aproximadamente 2 minutos.
Agregar los guisantes, sal, tocino salado, agua y mejorana. Llevar a hervir, tapar y cocinar a fuego lento durante 1 hora y media, o hasta que el tocino esté tierno.
Retirar el tocino.
Continuar cocinando la sopa, tapada, hasta que los guisantes estén tiernos, aproximadamente 30 minutos más.
Retirar 2 tazas de guisantes de la sopa y pasar por un colador o hacer puré.
Incorporar nuevamente a la sopa.
Probar y ajustar la sazón, agregando sal y pimienta según sea necesario.