La mermelada de albaricoque es un clásico de la repostería casera que tiene una larga tradición en muchos países. Originaria de Europa, especialmente popular en Francia e Italia, esta conserva se ha adaptado a distintas culturas gastronómicas alrededor del mundo. En América Latina, especialmente en países como México, Chile y Argentina, la mermelada de albaricoque es muy apreciada y suele prepararse en casa durante la temporada de esta fruta. Aunque el albaricoque se conoce con diferentes nombres como duraznito o damasco en algunas regiones, el método básico para elaborar su mermelada se mantiene similar. Esta dulce conserva no solo es ideal para untar en el pan, sino también para acompañar quesos, yogures y postres.