El pastel de arándano y manzana es un postre tradicional que combina la dulzura y acidez de dos frutas muy apreciadas en la repostería. Este pastel tiene raíces en la gastronomía de Estados Unidos y Canadá, donde los frutos rojos y las manzanas son abundantes y aparecen en numerosas recetas clásicas. En Latinoamérica, aunque su popularidad puede variar según la región, es común encontrarlo también bajo nombres similares como "tarta de arándano y manzana" o simplemente "pay de arándano y manzana". La receta ha sido adaptada con diferentes variantes según el país, aprovechando la temporada de ambas frutas para elaborar un postre que es a la vez cálido, reconfortante y refrescante. Su nombre resalta los dos ingredientes protagonistas y es apreciado por la textura crujiente de su masa combinada con el relleno jugoso y aromático.