Historia y origen del pastel de calabaza
El pastel de calabaza es un postre tradicional que tiene sus raíces en la cocina norteamericana, especialmente popular durante la temporada de otoño y en celebraciones como el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos. Su origen se remonta a las comunidades indígenas y colonizadores europeos que aprovecharon la abundancia de la calabaza en la región para crear dulces y platillos variados.
En Latinoamérica, este pastel se conoce y prepara de distintas formas. Por ejemplo, en México y otros países cercanos, la calabaza es ingrediente clave en varios postres, aunque el pastel de calabaza como tal es menos común y a veces se llama “pastel de ayote” o “pastel de calabaza” con variantes regionales dependiendo del tipo de calabaza utilizada. En países como Colombia y Argentina, se pueden encontrar recetas con similar sabor y textura, aunque pueden cambiar los ingredientes exactos o la forma de preparación.
Este pastel suele caracterizarse por su sabor especiado, gracias a la inclusión de canela, clavo y vainilla. Además, la textura húmeda y densa del pastel lo convierte en un favorito durante épocas frías y festivas, donde su aroma y sabor evocan la calidez del hogar y la tradición familiar.
Como preparar Pastel de calabaza en molde bundt
Ingredientes: Huevos, Azúcar, Aceite vegetal, Calabaza fresca, Extracto de vainilla, Canela, Clavos, Sal, Bicarbonato de sodio, Polvo para hornear, Harina integral, Harina de trigo, Trozos de nuez.
Precalentar el horno a 350 grados F.
Engrasar y enharinar un molde bundt o de tubo de 10 pulgadas.
En un tazón grande para mezclar, batir los huevos con un tenedor grande hasta que estén bien mezclados.
Agregar el azúcar.
Añadir el aceite en un chorro constante, mezclando todo el tiempo, hasta que la mezcla esté espesa y suave.
Incorporar la calabaza, vainilla, canela, clavo y sal.
Agregar la bicarbonato de sodio y polvo para hornear en pizcas, deshaciendo cualquier grumo con los dedos.
Mezclar bien.
Incorporar las harinas integral y de todo uso solo hasta que estén mezcladas.
Agregar las nueces.
Verter y raspar la masa en el molde y hornear durante 45 a 50 minutos, o hasta que un probador insertado en el centro salga limpio.
Enfriar en el molde sobre una rejilla durante 10 minutos.
Voltear, retirar el molde y enfriar en la rejilla por unos 15 minutos más.