El relleno de piña es un componente clásico de diversas recetas dulces en la gastronomía latinoamericana. Su origen se remonta a la influencia de las frutas tropicales en la cocina criolla, donde la piña, por su sabor dulce y ácido, se convierte en un ingrediente ideal para preparar postres y rellenos. En países como México, se utiliza en preparaciones para tartas y empanadas dulces, mientras que en Argentina y Uruguay, es común encontrarlo en pasteles y facturas. En otros lugares de Latinoamérica, como Colombia y Venezuela, el relleno de piña también se emplea en galletas y panes dulces, aunque puede variar en nombre y consistencia dependiendo de la región, frecuentemente llamado “dulce de piña” o “conserva de piña”.
Este relleno no solo realza el sabor de los postres con su frescura y aroma, sino que también añade una textura suave y jugosa, convirtiéndose en un favorito en celebraciones y momentos especiales. Su fácil preparación y versatilidad hacen que sea un básico en muchas cocinas caseras, manteniendo viva la tradición de aprovechar los frutos locales para deleitar paladares.