La salsa es un elemento fundamental en la gastronomía latinoamericana, aportando sabor y un toque especial a diversos platillos. Su historia está ligada a las culturas indígenas que habitaban América antes de la llegada de los europeos, quienes ya preparaban mezclas a base de chiles, tomates y especias para acompañar sus alimentos. A lo largo del tiempo, la salsa ha evolucionado y adoptado diferentes formas y nombres según el país. En México, por ejemplo, se le conoce simplemente como "salsa", mientras que en otros países como Colombia o Venezuela, el término puede variar o incluir preparaciones similares bajo nombres como "ají" o "chimichurri" en algunas regiones. Aunque la base de estas salsas suele compartir ingredientes como el tomate y el chile, cada cultura le da su toque característico, ya sea en textura, picante o acompañamientos.
En toda Latinoamérica, la salsa se ha convertido en un acompañante infaltable en las comidas, ya sea para darle sabor a las carnes, a las arepas, empanadas o simplemente para disfrutar con totopos. Su versatilidad y facilidad para prepararla ha hecho que cada familia tenga su propia receta, adaptándola a los ingredientes disponibles y preferencias personales.