La salsa barbacoa es una de las salsas más emblemáticas y versátiles de la gastronomía internacional, especialmente en América. Su historia se remonta a las técnicas de cocina nativas americanas que posteriormente fueron influenciadas por colonizadores europeos y esclavos africanos. Originalmente, esta salsa se elaboraba con ingredientes locales para acompañar carnes asadas al fuego. En Latinoamérica, la salsa barbacoa adquiere diferentes nombres y variantes según el país: en México se la conoce como "adobo", en Argentina y Uruguay se usa como "chimichurri" aunque este último es una salsa diferente pero con función similar como acompañante de carnes, y en países como Chile o Perú también existen preparaciones propias para barbacoas que varían en sabor y textura.
La salsa barbacoa picante con hierbas es una variante que combina el sabor característico ahumado con una mezcla de especias frescas y un toque de picante, haciendo de ella un complemento perfecto para carnes a la parrilla, pollo o incluso como dip para snacks. En su versión tradicional, la base suele ser una combinación de tomate, vinagre y azúcar, pero el agregado de hierbas secas y especias le aporta un perfil aromático y un balance ideal entre dulce, ácido y picante que agrada a los paladares más exigentes.