La salsa de brandy es un acompañamiento tradicional que ha sido parte esencial en la gastronomía de varios países de Latinoamérica y Europa. Su origen se remonta a la cocina europea, especialmente en Francia e Inglaterra, donde las técnicas de flambeado y el uso de licores como el brandy en salsas son muy comunes. En países latinoamericanos, esta salsa ha adoptado diversas variaciones y nombres, como salsa de coñac en México o salsa de licor en algunos países del Caribe, manteniendo siempre su característico sabor intenso y aromático. Es habitual encontrarla acompañando platos de carne, postres o incluso como parte de celebraciones especiales.
Este tipo de salsa es valorada por su equilibrio entre dulzura y la profundidad que aporta el brandy, creando una experiencia gastronómica enriquecida y sofisticada. Su versatilidad la hace ideal para complementar desde platos salados como el pastel de carne hasta postres típicos como el pan de jengibre.