El Shortbread de Glasgow es un tradicional dulce escocés, conocido por su textura crujiente y su sabor delicado. Originalmente creado en el siglo XII, este pastel fue popularizado en Escocia y se convirtió en un elemento esencial durante las celebraciones navideñas y otras festividades. En varios países de Latinoamérica, aunque no se conoce con el mismo nombre, existen variantes similares de galletas de mantequilla que comparten su esencia: un equilibrio perfecto entre la mantequilla y el azúcar que da lugar a una textura arenosa y suave al paladar.
En lugares como México o Argentina, se pueden encontrar recetas de galletas mantecosas que evocan al shortbread, aunque suelen tener diferencias en los ingredientes o en su método de preparación. Sin embargo, el Shortbread de Glasgow se mantiene fiel a su origen con una receta simple pero deliciosa, que ha trascendido fronteras y generaciones gracias a su sabor único y su versatilidad para acompañar el té o el café.