La mermelada es uno de los alimentos más tradicionales y queridos en la cocina latinoamericana, con raíces que se remontan a la época colonial, cuando las frutas se conservaban para prolongar su vida útil. En diferentes países, esta delicia recibe diversos nombres: en México y Colombia se le llama comúnmente “mermelada”, mientras que en Argentina y Uruguay es habitual escuchar “dulce” o “dulce de fruta”. La preparación con cerezas y frambuesas es especialmente popular por su sabor vibrante y su textura irresistible, que combina la dulzura de ambas frutas con un toque ácido que la hace perfecta para untar, acompañar postres o incluso como relleno en pastelería.
El origen de las mermeladas en Latinoamérica está fuertemente influenciado por las técnicas europeas traídas por los colonizadores, quienes adaptaron las recetas usando las frutas locales. Gracias a esto, podemos disfrutar hoy de variedades únicas y sabrosas como la mermelada de cereza y frambuesa, que además de ser deliciosa, es una opción natural y casera para disfrutar durante todo el año.
Como preparar B c mermeladas de cereza y frambuesa
Descorazonar y deshuesar las cerezas.
Deberías tener 4 tazas.
En un tazón grande, mezclar las cerezas, frambuesas y el azúcar.
Dejar reposar a temperatura ambiente, revolviendo ocasionalmente, por 2 horas.
Verter la fruta en una cacerola ancha, poco profunda y no reactiva, y agregar el jugo de limón.
Cocinar a fuego medio, revolviendo ocasionalmente, por 30 a 40 minutos hasta que la mezcla luzca espesa y brillante.
Retirar una cucharada de las conservas a un platillo pequeño y enfriar en el congelador por 5 minutos.
Pasar el dedo por la mezcla.
Si se arruga, está lista para envasar.
Si no está lista, continuar cocinando por 5 minutos más y repetir la prueba.
Esterilizar cuatro frascos de 8 onzas lavándolos y enjuagándolos en el lavavajillas sin detergente.
Mantenerlos calientes en un horno a 250 grados Fahrenheit.
Verter agua hirviendo sobre las tapas de los frascos para suavizar las gomas de sellado.
Verter las conservas calientes hasta 1/2 pulgada del borde de los frascos.
Limpiar los bordes y sellar con las tapas calientes y las bandas metálicas.
Dejar enfriar a temperatura ambiente y luego refrigerar por varias semanas.
O, para almacenar por más tiempo, procesar en un baño de agua.
