Historia y origen de la sopa de cebolla francesa
La sopa de cebolla francesa es un clásico de la gastronomía de Francia, con raíces que se remontan a la Edad Media. Originalmente, era un plato sencillo y económico, preparado por campesinos con ingredientes básicos como cebollas y caldo. Con el paso del tiempo, esta sopa se fue refinando y se convirtió en un símbolo de la cocina francesa, especialmente popular en París, donde se servía en tabernas y cafés.
En Latinoamérica, aunque no existe un nombre unificado para esta sopa, en varios países se le conoce como "sopa de cebolla gratinada" o simplemente "sopa de cebolla". En México y Argentina, por ejemplo, es común encontrarla como parte del menú en restaurantes de estilo francés o europeo, y en ocasiones se adapta con ingredientes locales. Su característica principal sigue siendo la cebolla caramelizada y el gratinado de queso.
Este plato se destaca por su sabor intenso y reconfortante, gracias a la caramelización lenta de las cebollas, que aportan dulzura y profundidad, junto con el toque del queso fundido y el pan crujiente encima. La sopa de cebolla francesa ha logrado trascender fronteras y es apreciada en diversas latitudes como un emblema de la cocina tradicional europea.
Como preparar Famosa sopa de cebolla francesa de Barrs
Esta receta es un homenaje a la clásica sopa francesa, elaborada con paciencia para lograr un sabor profundo y auténtico. A continuación, te presentamos los pasos para prepararla en casa, con ingredientes fáciles de conseguir y un método que garantiza un resultado delicioso.
Ingredientes:
Cebollas, mantequilla, pimienta negra, pimentón, hoja de laurel, caldo de res, vino blanco seco, harina todo uso, colorante caramelo, sal, baguette francés, queso suizo.
Pasos:
Pelar las cebollas y cortarlas en rodajas de 1/8 de pulgada de grosor, preferiblemente en un procesador de alimentos.
Derretir la mantequilla en una olla de 6 cuartos.
Agregar las cebollas.
Cocinar, sin tapar, a fuego lento durante 1 hora y 30 minutos, revolviendo ocasionalmente.
Agregar pimienta, pimentón y hoja de laurel.
Sofreír a fuego lento 10 minutos más, revolviendo frecuentemente.
Verter 6 latas de caldo y vino.
Aumentar el fuego y llevar a ebullición.
Disolver la harina en la lata de caldo restante.
Agregar a la sopa hirviendo.
Reducir el fuego y cocinar a fuego lento durante 2 horas.
Ajustar el color a un marrón intenso con colorante de caramelo, sazonar con sal.
Refrigerar durante la noche.
Para servir, calentar la sopa en microondas o en la estufa.
Si se desea, verter en cazuelas o tazones aptos para horno.
Cubrir con una rebanada de pan y un poco de queso rallado.
Calentar bajo el gratinador hasta que el queso se derrita y burbujee, aproximadamente 5 minutos.
La sopa sobrante se puede congelar.