Galletas Oreo: un ícono mundial de la repostería americana que ha conquistado paladares en todo el mundo. Su historia comienza en 1912, cuando la empresa Nabisco lanzó esta emblemática galleta de dos capas de chocolate con relleno cremoso en el centro. En Latinoamérica, aunque se reconocen como “Oreo” en la mayoría de los países, existen variaciones y nombres coloquiales para galletas similares, como “Galletas de chocolate con relleno” en México o “Galletitas de crema” en Argentina. Esta deliciosa combinación es perfecta para acompañar una bebida caliente y genera nostalgia en muchas generaciones. Su origen se relaciona directamente con la tradición estadounidense de innovar en postres rápidos y prácticos, que luego se han adaptado localmente a gustos y preferencias. La popularidad de las Oreo ha llevado a múltiples variantes y presentaciones, pero la receta clásica sigue siendo la favorita en hogares y reposterías.
Como preparar Galletas Oreo
Mezcla todos los ingredientes de la masa para galletas hasta que puedas formar una bola de masa suave.
Déjala reposar 20 minutos, cubierta ligeramente.
Forma bolas de masa del tamaño de una canica.
Colócalas a 5 cm de distancia en una bandeja para galletas engrasada.
Aplana cada una con el fondo liso de un vaso para beber, engrasado una vez y sumergido en polvo de Nestlé Quick.
Hornea a 200 grados Celsius durante 8 minutos.
Retira las galletas inmediatamente de la bandeja para hornear, colócalas sobre papel absorbente y aplana cada galleta con el reverso de una espátula para panqueques.
Déjalas enfriar 20 minutos.
Rellena con la mezcla de relleno para galletas:
Suaviza la gelatina en agua fría.
Colócala en un recipiente resistente al calor dentro de una olla con agua caliente hasta que la gelatina esté transparente.
Mientras tanto, bate Crisco hasta que esté esponjoso, agregando vainilla y azúcar poco a poco.
Incorpora la mezcla de gelatina cuando esté completamente fría, pero aún no "cuajada" o firme.
Esto se usa para dar estabilidad al relleno, ¡así como proteínas!
Cuando esté frío, forma bolas de 2.5 cm con el relleno.
Colócalas entre las dos bases de las galletas ya frías, presionando suavemente hasta que el relleno haya llegado al borde de las galletas y tenga una forma redondeada como las originales.