La masa de pizza clásica tiene una historia rica que se remonta a siglos atrás, originándose en Italia, específicamente en Nápoles, donde la pizza comenzó como un plato humilde para las clases trabajadoras. Con el tiempo, esta receta se ha difundido por todo el mundo y se ha adaptado en muchas culturas. En Latinoamérica, la pizza recibe diversas denominaciones y estilos, aunque el término "pizza" se mantiene generalmente constante. Por ejemplo, en países como México, Argentina y Chile, la pizza es muy popular y se disfruta con diferentes ingredientes y estilos de masa, pero la base sigue siendo la masa clásica italiana.
Esta preparación ha sido adoptada en gran parte de América Latina, y aunque en algunas regiones se le pueden llamar “torta de masa de harina” o simplemente “masa para pizza”, la receta original sigue siendo la misma: una mezcla de harina, levadura, agua y sal que a través de un proceso de amasado y fermentación ofrece una base crujiente, esponjosa y deliciosa para cualquier tipo de cobertura.