El pan crujiente de Cuba es una deliciosa tradición que refleja la mezcla cultural y la historia de la isla caribeña. Este pan se caracteriza por su corteza dorada y textura crocante, que recuerda a los panes franceses, pero con un toque local que lo hace único. En Cuba, este pan es un acompañamiento esencial para muchos platos típicos y es especialmente popular para hacer el famoso sándwich cubano.
En otros países de Latinoamérica, aunque este tipo de pan tiene diversos nombres, en general se suele llamar "pan francés" o "pan baguette" debido a su origen inspirado en las baguettes francesas que llegaron a la región durante la ocupación y la influencia europea. Sin embargo, el pan cubano se distingue por su textura menos densa y su corteza bien crujiente, lograda a través de un proceso particular de fermentación y horneado con vapor.
Como preparar Pan crujiente de Cuba
Ingredientes: Levadura, Harina, Agua, Sal, Azúcar, Almidón de Maíz
¡No precalientes el horno esta vez! Prueba la levadura en el agua tibia con el azúcar en un tazón grande para mezclar.
Agrega la harina y la sal, poco a poco, revolviendo y mezclando hasta que obtengas una masa bastante firme.
Coloca sobre una superficie de trabajo ligeramente enharinada y amasa la masa por unos minutos, luego colócala en un tazón grande engrasado con mantequilla, cubre con una toalla y deja que repose en un lugar cálido por aproximadamente 1 hora o hasta que haya doblado su tamaño.
De nuevo, coloca la masa sobre la superficie enharinada y presiona un par de veces.
Divide en 2 partes iguales y forma 2 panes alargados de aproximadamente 45 cm de largo.
Espolvorea una bandeja para hornear con harina de maíz y coloca los panes encima.
Cubre y deja reposar por unos minutos.
Ahora coloca la bandeja con los 2 panes en la rejilla superior de tu horno.
En la rejilla debajo de la bandeja, coloca un molde con agua caliente y enciende el horno a 400 grados.
Hornea los panes por aproximadamente 16 minutos o hasta que comience a formarse una corteza.
Saca del horno y pincela la parte superior con agua fría, luego vuelve a colocar los panes en el horno y hornea por unos 30 minutos más, o hasta que estén dorados.
Enfría sobre una rejilla.